Las elecciones no se determinan en las redes sociales, pero el número de seguidores en Twitter
se ha convertido en una especie de motivo de orgullo de los candidatos
de medio mundo. En una forma de demostrar su poderío. Las elecciones a
la presidencia de Estados Unidos están cada vez más cerca. ¿Habrá caído
alguno de los dos candidatos en la tentación de comprar followers al peso?
No necesariamente, aunque las cuentas populares son seguidas habitualmente por los fakes de Twitter para dar cierto caché a su perfil. Una aplicación londinense, Fakers,
de Status People, intenta separar el grano de la paja y determinan
cuántos de esos seguidores que engrosan la lista de followers de
cualquiera. FastCompany la ha empleado para comparar a los seguidores de Barack Obama con los de Mitt Romney. Según los resultados de su análisis, el 41% de los seguidores de Obama son usuarios falsos, frente al 12% de los de Romney.
Los datos deben ser analizados con cautela. Obama supera ampliamente los 18 millones y medio
de followers mientras Romney no llega al millón: a más usuarios, más
posibilidades de tener seguidores falsos. La aplicación analiza, además,
para aquellos usuarios que tienen más de 10.000 followers, una muestra al azar de los mismos,
lo que puede impactar en los resultados de la medición.”Si eres muy
popular”, explican los creadores de la aplicación, como recoge la
revista, “la herramienta ofrece un buen análisis, pero va a reflejar
mejor la actividad de sus más recientes seguidores que la de tu base de
followers”.
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